Inmaculada Santos, doctora del Departamento Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte de la Universidad de Málaga (UMA), estudia la conexión entre el número de libros leídos en un año y la riqueza léxica.
El Plan de Fomento del Pluriligüismo de la Junta de Andalucía establece que los centros educativos deben impartir todo tipo de asignaturas en diferentes idiomas, a través de la metodología de Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras. A raíz de esta necesidad, la investigadora Inmaculada Clotilde Santos Díaz ha estudiado en futuros docentes la relación existente entre el número de libros que estos leen y la variedad léxica que presentan cuando son cuestionados tanto en español como en otros idiomas.
Para desarrollar el trabajo de investigación, Santos escogió a más de 170 alumnos del Máster de la Universidad de Málaga a los que se sometió a una serie de pruebas lingüística. En una de ellas, los participantes tenían que escribir palabras que conocieran de diferentes áreas de la vida cotidiana. En otra, se les presentaban términos que tenían que relacionar con el campo al que pertenecían estas palabras. En este caso, los voluntarios, además de en español, podían escoger entre inglés o francés.
Los resultados fueron dispares para cada idioma. Los encuestados que afirmaron tener un mayor hábito de lectura en inglés escribieron 180 palabras, frente a las 130 que aportaron los que aseguraron no haber ojeado ningún título de habla inglesa. Por su parte, ni las pruebas en francés ni las del español probaron que leer más libros tuviera un efecto significativo en la riqueza léxica en ambas lenguas. “Descubrí que, si bien los que consumían más libros tenían una mayor riqueza de vocabulario en su idioma materno, no suponía una diferencia considerable si se comparaban con los que dedicaban menos tiempo a esta práctica”, asegura la investigadora, que apunta a que la razón puede deberse al nivel de formación de los participantes. En este sentido, la experta señala que en el proceso de estudiar una carrera se dedica mucho esfuerzo a la lectura de diferentes obras y documentos por lo que esto puede compensar el nivel de vocabulario de quienes leen menos sobre quienes lo hacen con más frecuencia.
En el caso de las conclusiones que arroja el trabajo respecto al francés, la menor incidencia del hábito lector en la riqueza léxica en francés puede deberse a la raíz del idioma. “Cabe la posibilidad de que, al igual que ocurre con el castellano, se trata de una lengua romance y, por tanto, durante el cuestionario en francés pueden deducirse significados sin haber aprendido ese término”, indica la experta.
Por último, se incluyó un campo de nuevas tecnologías en las pruebas. Según la profesora, los voluntarios que estaban cursando alguna de las especialidades relacionadas con esta área -como pueden ser Informática o Industriales- tuvieron un léxico mayor en este campo. “El tipo de carrera universitaria condiciona sin duda las palabras que conocemos en gran medida, a lo que se añade que las personas que suelen consumir más literatura tienden a elegir estudios relacionados con las letras”, comenta Santos.
Esta línea de investigación surge de la experiencia profesional de Inmaculada Santos en la enseñanza. “Trabajando como profesora de Secundaria de Francés me di cuenta de que uno de los puntos débiles de la enseñanza bilingüe era la dificultad que tenían los compañeros de áreas no lingüísticas para impartir clases en lengua extranjera, así que decidí analizar los factores que podrían mejorar esa práctica docente”, explica. Sin embargo el proyecto continúa, por lo que se encuentra actualmente estudiando otros parámetros como es la competencia ortográfica. “Es importante que los docentes de Secundaria escriban correctamente sea cual sea la asignatura que impartan, ya que son los responsables de la formación de la nueva generación”, concluye la experta.
Inmaculada C. Santos Díaz(2017): “Incidencia de la lectura en el vocabulario en lengua materna y extranjera”. Ocnos, vol 16, pp. 79-88. Disponible en línea: https://dx.doi.org/10.18239/ocnos_2017.16.1.1151