Marina Villanueva Paz

La Dra. Marina Villanueva es Licenciada en Biotecnología y posee un Máster en Conocimiento Actual de Enfermedades Raras por la Universidad Pablo de Olavide. Obtuvo su doctorado en Biotecnología, Ingeniería y Tecnología Química (mención internacional, Cum Laude) en 2019, financiado por una beca FPU (FPU13/01335).

Sus principales líneas de investigación se han centrado en el papel de las mitocondria y la autofagia en las enfermedades raras, así como en medicina personalizada. Ha pertenecido al grupo PAIDI BIO-336 (2017-2020). Ha desarrollado principalmente su carrera investigadora en el departamento de Fisiología, Anatomía y Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide como asistente de investigación (2018-2019), investigadora predoctoral (2014-2018) y colaboradora de investigación (2013-2014). Ha colaborado en 1 proyecto nacional (PI16/00786) y 1 proyecto internacional ("TRANSAUTOPHAGY", financiado por COST Action CA15138). Ha participado en 5 contratos privados con empresas y asociaciones de pacientes con enfermedades raras. Ha participado en 16 congresos (5 internacionales), siendo ponente en la mayoría de ellos. Las 3 patentes que las que figura como autora se centran en el tratamiento de enfermedades raras y cáncer.

En 2017, realizó una estancia predoctoral en el Wallenberg Neuroscience Centrum (Lund, Suecia) para desarrollar el proyecto "Reprogramación directa de fibroblastos derivados del paciente a neuronas". La estancia fue financiada por una beca EMBO Short-term (referencia 7088). La Dra. Villanueva tiene experiencia docente, 132 horas correspondientes a estudios de grado/posgrado del dpto. de Fisiología, Anatomía y Biología Celular de la Universidad Pablo de Olavide. Ha sido acreditada para la figura de Profesor Ayudante Doctor por ANECA. En 2019, la Dra. Villanueva recibió junto al grupo del Dr. Sánchez Alcázar el Premio Merck en Investigación Clínica
en Enfermedades Raras.

Tras finalizar su tesis doctoral, se trasladó al departamento de Farmacología y Pediatría de la Universidad de Málaga como investigadora postdoctoral. Pertenece al grupo PAIDI CTS-649 y al Grupo IBIMA D-05. Las principales líneas de su investigación actual se centran en la comprensión de los mecanismos de DILI utilizando modelos in vitro para desarrollar nuevos biomarcadores y promover su transferencia a la práctica clínica. Ha obtenido un proyecto como IP, junto con la Dra. María Isabel Lucena (CSyF 2021 Fondos FEDER: “Hepatotoxicidad idiosincrásica (DILI): Un enfoque personalizado para identificar vías de daño celular y posibles
biomarcadores mediante la caracterización de células cutáneas de pacientes”, referencia PEMP-0127-2020).

Actualmente es beneficiaria de un contrato postdoctoral Sara Borrell (referencia CD21/00198). Colabora en los proyectos financiados PI19/00883, “Análisis de poblaciones de linfocitos inmunorreguladores en hepatotoxicidad utilizando CyTOF” y PI21/01248 "Fenotipado y caracterización mecanística de la lesión hepática inducida por fármacos, la esteatosis inducida por fármacos y la enfermedad del hígado graso asociado al metabolismo. Es directora científica de COST ACTION 17-112, "Prospective European Drug-Induced Liver Injury Network", (https://proeurodilinet.eu/), y es miembro del grupo de trabajo 3 de esta acción. Además, participa en el proyecto europeo Pipeline de biomarcadores de seguridad traslacional IMI2 (TransBioLine).

• Mecanismos moleculares de la hepatotoxicidad inducida por fármacos.
• Papel del sistema inmune en la hepatotoxicidad inducida por fármacos.
• Desarrollo de nuevos modelos celulares para el estudio de la hepatotoxicidad inducida por fármacos.

Reprogramación de células de la piel derivadas de pacientes con enfermedades mitocondriales a neuronas.

Desde el Instituto me sentí atraída por las Ciencias Biológicas, y tras realizar la licenciatura en Biotecnología y empezar a trabajar en el laboratorio, continué formándome ya que quería ser científica de profesión.

Tengo dos deseos científicos. El primero, que el talento investigador se retenga en España, y que las instituciones promuevan la carrera científica como una profesión en la que los jóvenes puedan desarrollarse. El segundo, que la población y la política valoren la ciencia como herramienta necesaria para el avance de la sociedad.