Expertos del Área de Aerobiología de la Universidad de Málaga han aplicado los procesos tradicionales de captación y medida de concentración de polen en el aire para localizar este tipo de plantaciones en Marruecos.
Foto de portada: Para analizar el aire de Tetuán, el equipo ha utilizado un captador de polen de tipo volumétrico (el que se utiliza normalmente para registrar los niveles polínicos en la atmósfera). /Área de Aerobiología
El cannabis, también conocido como marihuana o cáñamo, es una especie herbácea polinizada por el viento que produce cientos de flores, a la vez que es una de las variedades de plantas psicoactivas más antiguas conocidas por la humanidad. Por esto último, tanto su cultivo como su posterior comercio están sujetos a estrictos controles en los que las autoridades de los principales países productores invierten gran parte de sus esfuerzos cada año.
El caso de Marruecos es de los más reseñables; actualmente es uno de los mayores suministradores mundiales de resina de cannabis, el hashis, y el principal surtidor del continente europeo. Prueba de ello es el exponencial incremento de las explotaciones de este cultivo en el Valle del Rif que desde el siglo XV se han ido diversificando por todo el país, una tendencia contra la que continúa luchando el gobierno marroquí.
En este sentido, investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA), en colaboración con la Universidad Abdelmalek Essaâdi de Teután, han monitorizado la presencia de polen de cannabis en la atmósfera a partir de técnicas propias de los análisis polínicos tradicionales. “El objetivo, señala María del Mar Trigo, una las doctoras responsables, es conocer si puede aprovecharse este método con fines criminológicos a la hora de detectar rastro de cannabis en el aire y de localizar con exactitud la procedencia del polen para intentar concretar el lugar de cultivo”. El estudio surge dentro de un proyecto más amplio para analizar el contenido polínico de la atmósfera de Tetuán entre 2008 y 2011 con la meta de establecer un calendario que permitiera la prevención de alergias motivadas por el polen. “Realizando este estudio, explica la doctora Trigo, nos dimos cuenta de los elevados niveles de polen de Cannabis sólo podían proceder de cultivos clandestinos, a pesar de las campañas disuasorias llevadas a cabo por las autoridades marroquíes, por lo que pensamos que la metodología utilizada podría servir para detectar la existencia y la ubicación de estas explotaciones”.
Para ello, y valiéndose de un captador de polen de tipo volumétrico (el que se utiliza normalmente para registrar los niveles polínicos en el aire) analizaron el aire de Tetuán. El resultado demostró que el cannabis estuvo presente en la atmósfera de esta provincia desde principios de abril hasta finales de agosto, llegando a alcanzar sólo en estos meses cerca del 95% del total anual. Durante la investigación se tuvo en cuenta la influencia de los parámetros meteorológicos en las concentraciones de polen de Cannabis, incidiendo sobre todo en la dirección del viento. Los responsables señalan en su artículo que este dato es “determinante” a la hora de conocer la posible procedencia y situación de los campos de cultivos. “No hay que olvidar que el cannabis, por su condición de planta anemófila, cuando florece produce grandes cantidades de polen que es transportado por el aire. De hecho, una sola planta puede producir hasta 350.000 granos”, explica Trigo.
Tetuán, al contrario que el resto de provincias marroquíes, ha continuado incrementando su cultivo de cannabis en torno al 19%, según revelan los estudios realizados de 2003 a 2008 por el Gobierno de Marruecos y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en sus siglas en inglés). Un dato que no sólo afecta a su comercio sino también a las personas alérgicas a su polen. En esa línea, el fin del estudio pasa además por concretar las estimaciones de emisión de polen para que la población alérgica pueda ser advertida acerca de las enfermedades alérgicas que éste puede provocar. “La fuerte asociación entre la reactividad a las pruebas cutáneas, los síntomas respiratorios y el periodo de polinización encontrada previamente en otras investigaciones, junto con los niveles registrados, sugiere que el polen de cannabis podría ser un alérgeno importante para los pacientes sensibles”, afirma la bióloga.
El equipo responsable de este trabajo, que ha sido publicado en la revista Science of the Total Environment, asegura que esta metodología podría servir para obtener indicadores de la actividad de cultivo de esta especie. Datos que deben ser tomados en cuenta por las autoridades del Estado ya que, como aseguran los expertos, proporcionan una fuerte evidencia de la existencia de cultivos de cannabis en esta región.
En el equipo participante también se encuentran, entre otros, el catedrático Baltasar Cabezudo y la doctora Marta Recio, por parte de la Universidad de Málaga, así como el doctor Hassan Bouziane y la doctora Nadia Aboulaich, de la Universidad Abdelmalek Essaâdi, cuya tesis doctoral sobre la aerobiología de Tetuán fue desarrollada en el seno del Departamento de Biología Vegetal de la UMA gracias a una beca de la Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo.
Nadia Aboulaich, M. Mar Trigo, Hassan Bouziane, Baltasar Cabezudo, Marta Recio, Mohamed El Kadiri, Mohammed Ater. “Variations and origin of the atmospheric pollen of Cannabis detected in the province of Tetouan (NW Morocco): 2008–2010”. Science of the Total Environment, 443 (2013) 413–419. Disponible en línea: http://dx.doi.org/10.1016/j.scitotenv.2012.10.075